Yamagata (山形) - 2ª parte

El último día en Yamagata, nos despertamos con sorpresa.

Durante la noche había estado nevando y lo que veíamos desde las ventanas era un paisaje completamente blanco.

Y seguía nevando cuando nos levantamos, con lo que la excursión de hoy se complicaba un poco.

Resulta que el padre de Satomi quería enseñarme varios sitios para ver la zona. Así que después de desayunar y prepararnos bien para el frío que hacía, salí sin saber realmente a donde, ni que vería. Estaba con ganas de ver lo que me quería enseñar.

No sin antes hacer unas cuantas fotos desde el exterior de la casa.

Por suerte (de nuevo la suerte nos acompaña) deja de nevar y podemos ver y disfrutar del precioso paisaje nevado que nos encontramos en la primera visita.
Llegamos a un lugar llamado Takahata-machi (高畠町) donde nos encontramos el templo Sanjunoto (三重塔), arropado por la nieve que había caído donde la noche.

Puerta de entrada

También había una especie de museo al aire libre donde se encontraban unas antiguas casas de la zona recreadas en este lugar. Estas antiguas casas se llaman Tateanashikijukyo.

Bienvenidos a mi pueblo XD

Vistas desde el interior

Información de como están construidas, todo de madera

Satomi preparada para la nieve

Un paisano cualquiera en su humilde casa

Esto era una especie de antiguo cementerio

La segunda visita, todavía mas inesperada, nos lleva, después de un pequeño trayecto en coche, al castillo Kaminoyama (上山). Uno de los numerosos castillos que hay por Japón.

Vistas desde lo alto

Para finalizar, vamos a un restaurante donde hacen el mejor ramen de la zona. La verdad que estaba muy rico, y con el frío que hacía se agradecía algo calentito.

Al final, nos acercan a la estación de Fukushima (福島) (recordaréis este nombre por la central nuclear, pero no os preocupéis que la ciudad de Fukushima está en el interior, bastante mas lejos que la central que está en la costa). Allí cogemos el shinkanshen que nos llevará de vuelta a Tokyo.

Y aquí termina la visita a esta preciosa zona de Japón, totalmente contraria a lo que estamos acostumbrados por Tokyo, nada de luces, edificios bajos, casi ningún rascacielos. Es otro mundo diferente pero igual de interesante.

Gracias a la familia por acogerme tan bien.